Mi niño no llora,
se levanta temprano,
con la tripa inflamada,
el hambre es pan,
el frío es camino de yuyos
Mi niño no grita,
su voz guarda silencio
entre el terror de volverse visible...
de hacer real el día y la noche siniestra
Mi niño no juega,
el tiempo es esquivo,
sus manos con yagas,
son huellas de su trabajo, de su esclavitud cotidiana...
Mi niño no sueña,
la pobreza, el desapego, la violencia...
apagaron su imaginación
Mi niño ya no se mueve,
pero nadie parece verlo,
su cuerpo cansado
Observa desde la calle húmeda
el frío congela la vida...
Pero yo si te veo,
extiendo mis brazos
y te acuno entre las estrellas,
Kuyen nos brinda su arrullo tibio
Mientras brota el dolor, de a poquito
para dejar nacer
dentro tuyo,
todo aquello que te fue negado
Abre los ojos
mi niño,
la muerte fue el paso necesario
para que vueles en libertad.